No os quiero engañar si he entrado al cine a ver Dunkerque atraída por el cartel de protagonistas: Mark Rylance, Tom Hardy, Cillian Murphy y Kenneth Branagh, entre otros. Pero detrás de mis prejuicios sobre el cine bélico he encontrado una verdadera película de acción, realismo y tensión que describe un episodio verídico que se vivió en esta localidad francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de soldados franceses e ingleses se quedan atrapados en la costa de Dunkerque a la espera que los rescaten por agua. Pero el enemigo no se lo pone fácil durante todo el film y muchos de ellos caen en su huida hacia la libertad.
Christopher Nolan se aparta de otras obras de su carrera como Memento u Origen donde el espectador tiene que utilizar su cerebro a mil para intentar llegar al corazón del espectador con este drama bélico, magníficamente interpretado. Hay muchos de mis actores favoritos en Dunkerque empezando como no, por el oscarizado Mark Rylance. Todo papel que haga este señor lo creeré hasta el final. Aquí es uno de los muchos héroes anónimos que ayudan a salvar a los soldados atrapados en la costa francesa. También destacan los chicos Peaky Blinders, Cillian Murphy muy contenido pero bordando su soldado traumatizado por la guerra y Tom Hardy, el piloto salvador.
Nolan nos sitúa desde el principio en medio del «fregao» y no deja tiempo a respirar. No quiere que analicemos la situación ni hagamos estrategia sólo quiere que veamos y vivamos en nuestra propia carne el desasosiego de esos jóvenes para sobrevivir. Y consigue que no podamos descansar hasta el final del film. Sin embargo, en ningún momento de Dunkerque se muestra la cara del enemigo pero su presencia es constante durante todo momento. Un acierto más del director es la duración de la película que no excede más de una hora y cuarenta minutos. No hace falta nada más para mostrar la situación.